Geoffrey Molloy

Co-fundador de Vivir Despierto Es fácil... ¡si sabes cómo!

Profesor y ponente de meditación, mindfulness y resiliencia emocional. Responsable también de los programas para dejar de fumar, vivir sin alcohol y otras drogas.

Geoffrey es de raíces malayo-irlandesas. Nació en 1957. Pasó su niñez en Singapur, Chipre y en el Reino Unido.

Historia

Es en gran parte gracias a su pasado difícil que hoy puede ayudar a otras personas. Tuvo una niñez caótica. Fue criado esporádicamente por un padre alcohólico y abusivo y en otros momentos por una madre violenta y narcisista; otras temporadas, junto a sus hermanos, se iban alternando entre padres de acogida indiferentes e instituciones para niños desamparados.

Salió “de casa” con 16 años sin tener ni idea en cuanto a cómo funcionaba el mundo y sin ni siquiera saber lo que era una emoción. A pesar de este comienzo poco prometedor consiguió formarse y luego trabajar como oficial navegador de la marina mercantil, piloto militar y luego responsable de marketing en el mundo de telecomunicaciones por satélite viajando principalmente por Asia y Oriente Medio. Tenía éxito laboral pero era una distracción para no enfrentarse a su vida personal. Después de una serie de relaciones desastrosas y totalmente disfuncionales, tocó fondo.

Un día un amigo le señaló algo que él mismo había evitado ver, que él era el factor en común en las situaciones desastrosas de su vida adulta. Para él fue una especie de revelación y allí empezó la exploración de su mundo interno. La muerte de un amigo muy cercano cuando tenía 28 años, aceleró el proceso. Al intentar “ser valiente” y negar su dolor, se encontró a sí mismo esforzándose cada vez más por gestionar su vida con el alcohol y otras sustancias. Cayó en depresión y contempló seriamente terminar con todo.

Este camino le llevó a través de muchas terapias, profesores y finalmente a la meditación y sus prácticas asociadas. También le llevó a conocer a Rhea su mujer. Ella le enseñó que es posible ser querido por otras personas.

HOY

Treinta y pico años más viejo, calvo y con barba blanca, vive una vida que nunca hubiera imaginado. Se acepta a sí mismo y se siente más querido que nunca.

¡Eso sí!, de vez en cuando sigue perdiendo los papeles, menos que más, y confiesa volver a su familia un poco loca.

Se siente profundamente agradecido de la vida que vive.

La meditación le recuerda que la felicidad y la paz siempre están aquí, dentro de uno mismo; sólo tenemos que aprender a quitarnos a nosotros mismos del medio para experimentarlo.

En su trabajo comparte desde sus propios aprendizajes y experiencias cómo sobrevivir y prosperar en un mundo incierto en constante cambio.

Cree que todos pueden adquirir habilidades resilientes, aprovechando las dificultades y traumas que hayan podido tener.

</> with <3 by Latte