Amor vs Apego

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Geoffrey Molloy

¿Qué es el amor y qué es el apego? Muchas veces las personas malentienden lo que es el amor. Creen que agarrarse a alguien es amor. Los celos, la dependencia y la posesión muchas veces son vistos y aceptados como pruebas de amor. Creen que luchar por el amor es amor. Creen que enamorarse es […]

abril 23, 2021

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¿Qué es el amor y qué es el apego?

Muchas veces las personas malentienden lo que es el amor. Creen que agarrarse a alguien es amor. Los celos, la dependencia y la posesión muchas veces son vistos y aceptados como pruebas de amor. Creen que luchar por el amor es amor. Creen que enamorarse es amor. Pero estas formas de amor tienen más que ver con el apego que con el amor.

Somos amor; es nuestro estado natural. Sin embargo, normalmente estamos demasiado distraídos por el ego para experimentarlo. En la filosofía budista, hay cuatro elementos del amor – los cuatro pensamientos inmedibles:

Amor bondadoso (en la lengua pāli – Mettā) – el deseo de que todos los seres vivos sin excepción, sean felices.

La compasión (en pāli – Karuṇā) – el deseo de que todos los seres vivos estén libres de sufrimiento.

Alegría empática (en pāli – Mudita) – la actitud íntegra de alegrarse por la alegría y virtudes de todos los seres vivos.

Ecuanimidad (en pāli – Upekkhā) – aceptar elogio y reprobación, pena y felicidad – todo eso con desapego, igualmente para sí mismo/a y para otros. Ecuanimidad significa “no distinguir entre amigo, enemigo o persona desconocida, sino considerar a todos los seres vivos como iguales”.  Se trata de un estado de mente nítida y tranquila – no abrumada por ilusiones engañosas, opacidad mental o inquietud.

Estas características no son únicas al budismo y no necesitas ser budista para practicarlas.

El verdadero amor es como la luz del faro que te guía. Es una manera de conseguir verdadera paz. Es nuestro estado natural. Muchas veces pensamos que el amor es sólo para las personas que nos gustan y las personas cercanas. Pero esto no es amor. El amor es universal. Amor significa respetar toda la vida. El amor es constante, no sólo en momentos felices, sino también en aquellos momentos más difíciles o incómodos.

El verdadero amor es fuerza. El verdadero amor nunca es egoísta; es generoso y bondadoso.

Este es el tipo de amor hacia el que deberíamos de apuntar. Es beneficioso para todos y reconoce que todos estamos conectados, que somos iguales; todos merecemos amor, compasión y cariño. Nadie quiere sufrir pero sufrimos debido a nuestra ignorancia. Cuando percibimos el mundo de esta manera, cuando nos esforzamos en vivir nuestras vidas con este amor, entonces nuestras percepciones y acciones tienen menos probabilidades de hacer daño a otros ya que nos esforzamos por el bien de todos.

Lo que es cierto es que si no sabemos cómo cuidar de nosotros mismos y nuestras relaciones, todo será en vano.

Enamorarse y el apego 

Nuestra cultura está obsesionada con el amor romántico. Tanta música, televisión, teatro y cine están dedicados a historias y consecuencias del amor romántico. Encontrar al “único/a”, el verdadero amor, es algo así como una obsesión, especialmente cuando estamos en nuestro momento más biológicamente fértil (desde la adolescencia en adelante).

Solemos enfocarnos en el amor romántico, o enamorarse en vez de amar. Muchas veces terminamos los cuentos de hadas con la frase “Fueron felices y comieron perdices”. El enfoque está en el aspecto romántico  y no en cómo vivieron felices – lo más importante.  ¿Cuál es la diferencia? Enamorarnos es algo que nos ocurre mientras que amar es una actividad que emprendemos – algo que crea aún más amor. No hay duda; enamorase es una emoción maravillosa. La secreción masiva de hormonas y otras sustancias químicas en tu cuerpo que incluyen adrenalina, dopamina, serotonina, oxitocina y vasopresina hacen que sea una experiencia corporal total.

Enamorarse es una adaptación de la evolución para asegurar que nos reproduzcamos – lo que a su vez asegura la supervivencia de nuestra especie. Así que enamorarse o estar enamorado es una especie de maravilloso trastorno delicioso y divino – parecido a estar drogados/as. Todo nos parece maravilloso; nos obsesionamos con el objeto de nuestro amor. Experimentamos un sentido de conexión en vez de separación.

Es un estado divino pero no es la mejor base para encontrar una pareja para toda la vida. En la sociedad moderna interpretamos los cuentos de “Tristram e Isolde”, “Romeo y Julieta” o “Lancelot y Guinevere” como cuentos que promueven el amor romántico. La moraleja de estos cuentos originalmente fue una advertencia del peligro – incluso estupidez, del amor romántico.

Cada relación nos enseña algo. Cuando hemos aprendido la lección contenida en esa relación, entonces puede que esa relación haya llegado a su fin natural – lo que suele ocurrir con la mayoría de las relaciones románticas. Estar atascados/as en una relación poco sana normalmente significa que no hemos aprendido la lección.

Para que el amor sea sano, tiene que incluir amor por sí mismo/a. Es probable que una relación en la que una o las dos personas no poseen amor por sí mismo/a o aceptación de sí mismo/a esté lleno de melodrama ya que la persona o las personas que creen que no merecen el amor sienten la necesidad de poner la relación constantemente a prueba. Si una relación funciona, las partes buenas son demasiado buenas para perder tiempo en dramas.

El amor nunca debería de significar abandonar tus propias necesidades simplemente para asegurar que siga la relación. Si aceptamos y nos cuidamos de nosotros mismos, sabremos si nuestra relación es sana porque tenemos una idea más clara de quiénes somos y cuáles son nuestras necesidades. Sobre todo, cuando nos cuidamos de nosotros mismos, somos más capaces de compartir y dar de nosotros mismos de una manera más positiva y altruista. Somos más capaces de aceptar a la persona tal como es sin intentar cambiarla.

Recuerda, el amor también significa ser vulnerable. Cuando compartimos tanto con otra persona dejamos a la vista las partes más tiernas y sensibles de nosotros mismos. Las personas más cercanas a nosotros experimentan lo mejor y lo peor de nosotros.

El amor nunca debería de estar enfadado. El amor debería de ser considerado. Nunca es exigente; nunca hace daño. Cuando amamos, aceptamos y perdonamos. Pero muchas veces el apego hace que estemos enfadados. Esperamos y exigimos que las personas que queremos actúen de cierta manera hacia nosotros. Cuando no cumplen con esta expectativa, nos sentimos dolidos y nos volvemos resentidos y enfadados.

Así qué… ¿qué es amar? La palabra amar es un verbo. Esto significa que es una actividad que haces – no algo que te ocurre. Un hombre me dijo una vez que después de tantos años de estar casado que ya no estaba enamorado de su pareja. Le pregunté por qué. Su respuesta fue: “Es que no me sale”. Estaba esperando que su relación cambiase sin su propia participación.

Rhea, mi mujer, y yo llevamos 30 años casados. Hemos crecido como personas y como pareja. No pretendo convencerte de que nuestra relación sea el modelo para todos, sin embargo esperamos que las ideas/prácticas que comparto a continuación, sean de utilidad.

Nuestro matrimonio ha mejorado a medida que los años han pasado. Así que, ¿Qué cosas hemos aprendido sobre amar?

Una regla general e imprescindible: la pareja que crece juntos, permanece juntos.

  1. “It takes two to tango” – un dicho inglés que significa que necesitas a dos personas para bailar el tango. Se necesitan que las dos personas se esfuercen. Si estáis pasando por momentos difíciles en vuestra relación, sólo se podrá resolver si los dos estáis dispuestos a comprometeros, insistir y hacer lo que toca hacer. No intentes hacer todo el esfuerzo tú solo. ¿Nuestras recomendaciones?
  2. Asume la responsabilidad de tus propios sentimientos, emociones y comportamiento. Echar la culpa a la otra persona nunca funciona.
  3. Aprende a escuchar estando plenamente presente. Verdaderamente escuchar significa entender el punto de vista de la otra persona antes de hacer que te entienda a ti.
  4. ¿Tener razón o ser feliz? Decide lo que es importante para ti y actúa según ello.
  5. Después de algunos años juntos puede que una relación se estanque ya que dejas de verdaderamente ver el uno al otro. Verdaderamente ve a tu pareja en vez de responder a tus ideas sobre ella. Cultiva la habilidad de mindfulness de manera de que puedas renovar tu percepción y relación constantemente.
  6. Recuerda que siempre puedes elegir tu reacción. Lo que nos lleva a la importancia de practicar mindfulness.
  7. Practica el agradecimiento. Haz un listado mental de las maravillosas características de tu pareja por las cuales sientes agradecimiento. Esto también sirve como un fantástico antídoto a la ira.
  8. Sé considerado/a y respetuoso/a. Trata a uno y a otro con dignidad (uno de los pocos comentarios que hace Buda sobre el matrimonio).
  9. Felicidad empática. La felicidad de la otra persona debería de alegrarte a ti.
  10. Dale espacio a la otra persona cuando lo necesita.
  11. Una relación debería de presentar un frente unido. Por ejemplo, permitir que los suegros interfieran vuelve infelices a todos.
  12. Piensa en cosas que podrían alegrar el día a tu pareja – sin esperar nada a cambio.
  13. No intentes cambiar a tu pareja; os volverá locos a los dos.
  14. Practica el perdón.
  15. Sé juguetón/a, ten sentido de humor (sobre todo sobre ti mismo).

Cito las palabras de Kahlil Gibran:

Entonces, Almitra habló otra vez: ¿Qué nos diréis sobre el Matrimonio, Maestro?

Y él respondió, diciendo:

Nacisteis juntos y juntos para siempre.

Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.

Sí, estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.

Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.

Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.

Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.

Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.

Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.

Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.

Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma música.

Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga.

Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.

Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte.

Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

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